En la actualidad, Internet se ha convertido en una herramienta indispensable tanto en el ocio como en el trabajo y, no lo solo eso, la demanda de dispositivos (móviles, tablets, televisores, etc.) que requieren de una conexión estable cada vez es mayor. Además, de las diversas aplicaciones y redes sociales que necesitan diferentes anchos de banda.
Debido a estas problemáticas, la mayoría de operadores WISP están atravesando algunas dificultades, puesto que sus clientes demandan un mayor ancho de banda. Ya no se conforman con perfiles de velocidad de 6 Mb, 10 Mb o 12 Mb, los cuales se han estado ofreciendo hasta el momento. De esta cuestión, radica la mayor parte de sus problemas, debido a que se ven obligados a ampliarle el ancho de banda a sus abonados, pero sus redes no están diseñadas para hacer frente a dicho propósito, de ahí a que muchos clientes soliciten la baja del servicio.
Si estás atravesando por una situación similar, en este artículo encontrarás algunos aspectos clave para mejorar el ancho de banda de tu servicio de Internet.
Caudal. El primer aspecto que un operador tiene que tener en consideración es que para ofrecer mayores perfiles de velocidad, su caudal tiene que tener la capacidad suficiente y mantenerse estable. Lo más razonable para llevar a cabo este proceso es contar con un circuito de datos provisto por un carrier profesional. El carrier te permitirá incrementar el caudal según tus necesidades y, además, te dará la seguridad que necesitas, puesto que ofrecerás a tus abonados una conexión estable. Por otro lado, cabe destacar que en caso de incidencias, el carrier ofrecerá una pronta respuesta para solventarlas con la mayor brevedad.
Tecnología. Otro aspecto para mejorar el ancho de banda de tu servicio de Internet es usar la tecnología adecuada. Algunos WISP siguen utilizando tecnologías algo arcaicas que no permiten ofrecer mayores anchos de banda. Si te ocurre esto, una solución para solventar este problema es migrar todos tus equipos a otras tecnologías que sí ofrezcan la posibilidad de aumentar el ancho de banda que demandan tus abonados.
A modo de ejemplo, un operador que esté dando servicio con equipos con tecnología N, debería migrarlos a equipos con tecnología AC. Este tipo de equipos desarrollan un 50% más de capacidad, mejoran la latencia y reducen el ruido. Otra opción, un poco más costosa, sería migrar a equipos con tecnología LTU que permiten mover más Mbps en un ancho de canal más pequeño, lo que te ayudará a mitigar el ruido y a hacer un mejor uso de las frecuencias de tus puntos de acceso.
Banda de frecuencia. Si llevas a cabo cambios de equipamiento, podrías dejar de ofrecer el servicio a través de la banda de 5 Ghz e intentar pasar a la banda de 60 Ghz. El rendimiento de esta última se compara con el de la fibra óptica, pero su costo es menor. Aunque cabe destacar que el escenario juega un papel muy importante, ya que este tipo de equipos tienen un alcance de menor cobertura, se ven afectados por condiciones climáticas y, muchos de ellos, limitan el número de conexiones simultáneas a él. Por lo que, cada caso debe ser estudiado de forma individual.
Radioenlaces. Otro de los aspectos clave para mejorar el ancho de banda de tu servicio de Internet son los radioenlaces. Es muy importante que tengan la capacidad suficiente para soportar el incremento de tráfico. En este punto quizás no sea necesario hacer cambios de equipos, sino de configuración. Para ello, debes aumentar el ancho de canal del radioenlace. Ten cuenta que al ampliar el ancho de canal, el radioenlace se volverá más susceptible a interferencias y puede que ofrezca menos rendimiento.
Si la distancia y el entorno lo permite, es posible instalar radioenlaces en la banda de 60Ghz, cuyo rendimiento es muy superior a la banda de 5Ghz. Ten en cuenta que estos radioenlaces son muy sensibles a la lluvia, por lo que si optas por esta opción, debes disponer de radioenlaces de backup en otras bandas que no se vean tan afectadas.
Otros elementos de la red. La migración de equipos citados con anterioridad, no solo hace referencia a los puntos de acceso (APs), sino que también se ven involucrados el resto de elementos de la red. Esto se debe a que a mayor demanda de tráfico, más atención tendrás que poner al resto de equipos de la red. Por ejemplo, que las interfaces de switches y routers sean de 1000 Mbps y no de 100 Mbps, para no verte limitado por el hardware.
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